Terapias para dejar de fumar

Son muy conocidos los efectos que produce el tabaco en nuestra salud, pero considero que también es importante conocer la evolución de nuestro organismo cuando dejamos de fumar, cosa que nos podría ayudar a dejar el mal hábito.
Si no te motiva eso de “el tabaco produce cáncer” para dejar de fumar, tal vez los efectos benéficos de dejarlo nos ayuden más, destacando además que los daños que genera el tabaquismo son reversibles antes de los 40 años, mejorando nuestra capacidad pulmonar y cardiovascular durante el tiempo en que no consumimos cigarrillos.
Escribiendo de manera temporal que es lo que pasa cuando dejamos de fumar, nos encontramos con que:

  • 20 minutos después de fumar:
    El organismo empieza a mejorarse en pocos minutos, normalizándose la presión arterial y el pulso.
  • 1 día sin fumar:
    Ya no hay rastros de monóxido de carbono en el organismo y los pulmones empiezan a eliminar las partículas acumuladas, mejorando la respiración.
  • 2 días sin fumar:
    El sistema nervioso se adapta a la ausencia de nicotina, volviendo a su estado óptimo las habilidades y sensaciones del gusto y el olfato.
  • 3 días sin fumar:
    Mejora el paso de aire hacia los pulmones, haciendo la respiración mucho más fácil y energizante.
  • 2 a 12 semanas sin fumar:
    Hay mejoras en la circulación y tolerancia al ejercicio.
  • 3 a 9 meses sin fumar:
    Aumenta en un 10% la función pulmonar, disminuyendo la tos y las dificultades para respirar.
  • 1 año sin fumar:
    El riesgo de enfermedad cardiaca disminuye en un 50% comparado con quienes no han dejado de fumar, reduciendo además en un 50% el riesgo de padecer un infarto al miocardio.
  • 10 años sin fumar:
    La incidencia de padecer cáncer al pulmón y otros tipos de cánceres disminuye a menos de la mitad en comparación con aquellos que siguen fumando.
  • 15 años sin fumar:
    El riesgo de padecer un ataque al corazón es igual al de una persona no fumadora. Debemos recordar que dejar el hábito es posible y que debemos tener una gran fuerza de voluntad para no caer en la vieja frase de “uno no es ninguno” ya que efectivamente el fumar un cigarrillo cuando ya se ha dejado el vicio puede llevarnos otra vez a este mal hábito.